Colaboración: El gana- gana de la cultura, la sociedad, la economía, ¡de todos!

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“Si quieres ir rápido, camina solo; pero si quieres llegar lejos, camina acompañado

- Proverbio Africano

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ImasD es un estudio de diseño y estrategia con sede en Medellín, Colombia, reconocido por su trabajo con marcas que se adaptan al cambio. Hoy continuamos la cuarta parte de nuestra colaboración con este estudio de diseño colombiano, la cual la contribuye Daniel Moreno, líder estratégico y comercial en imasD. A Daniel le motivan las marcas coherentes y cuenta con más de 10 años de experiencia en desarrollo de estrategias de marketing, posicionamiento, cultura y comunicación. grupoimasd.com


Los modelos colaborativos nos han “liberado” del consumismo tradicional y le han dado el poder a las comunidades de usuarios.
— Daniel Moreno, Líder estratégico y comercial en imasD
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Como individuos y organizaciones compartimos intereses y retos. La colaboración nos lleva a un estado de aprovechamiento maximizado de quienes somos y de lo que tenemos... pero, si esto tiene tanto sentido, ¿por qué sigue siendo tan difícil vivirlo?

Nuestro entorno y el desarrollo de nuestro tiempo, representa unos retos y cambios de paradigmas en múltiples aspectos: la forma como nos relacionamos, cómo comemos, nuestros hábitos de consumo, la manera de hacer negocios, los entornos laborales, etc. El sentido de colaboración se asume hoy no solo como la disposición de ayudar al otro en algo, sino en crear sistemas por medio de los cuales todos nos vemos beneficiados económicamente.

Sabemos que un avión, para ser productivo, tiene que estar en el aire, no en el suelo. Los carros particulares comunes, se utilizan durante un 20% del día, el otro 80% del tiempo están estacionados. Muchas casas se quedan solas y con habitaciones que se llenaban de polvo. Incluso las ideas son un recurso que guardamos por temor y les quitamos la oportunidad de potenciarlas.

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El eje central de la economía colaborativa es maximizar la eficiencia de los recursos. El consumo es usar lo que tenemos y ponerlo a disposición de otros, esto incluye bienes, servicios e incluso ideas.

Desde este orden de ideas y su sentido común, hemos visto florecer proyectos como Airbnb, BlaBlaCar, Unsplash, Kickstarter y Rappi. Todas estas iniciativas tienen el concepto colaboración en su ADN.

¿Hasta dónde podemos llegar?

La colaboración llega a ser un elemento esencial en otros aspectos de nuestra vida. Los entornos laborales dan paso a nuevos modelos de cultura corporativa en los que las personas dependen unos de otros. Desaparece el afán de competir y sobresalir y nos movemos en torno a objetivos comunes desde capacidades y talentos complementarios.

Las organizaciones encuentran también oportunidades para colaborar con otras y construir nuevos escenarios. Si tenemos retos en común, ¿por qué no solucionarlos juntos? Detrás de esto hay optimización de recursos y crecimiento mutuo.

Este dinamismo colaborativo llega a cambiar radicalmente la forma en la que compartimos y generamos conocimiento, lo que hacemos en nuestro tiempo de ocio y las razones por las cuales motivamos una compra y decidimos sobre una marca. Hasta las grandes corporaciones se sienten amenazadas teniendo en cuenta que la conversación no la direccionan ellas y ya no imponen sus mensajes. Somos los individuos quienes hoy tomamos la decisión sobre lo que hablamos, escuchamos y finalmente sobre lo que consumimos. Nos hemos saltado los canales convencionales para crear cadenas de consumo que no dependen de canales corporativos. Los modelos colaborativos nos han “liberado” del consumismo tradicional y le han dado el poder a las comunidades de usuarios.

El bien común ha impulsado a líderes como Elon Musk a liberar las 200 patentes de Tesla para combatir el cambio climático y pone todo su conocimiento en manos de quien quiera trabajar por esta causa. Lo han seguido grandes como Ford y Toyota al liberar patentes de sus procesos y desarrollos en temas de movilidad eléctrica.

Ahora, ¿qué motiva a estas compañías y a las personas a compartir sus grandes secretos y por qué esto se considera un acto estratégico?

Confianza

La colaboración se basa en la confianza, no solo en el otro, sino en nosotros mismos. Debemos crear un círculo de aliados, socios, amigos, que nos permitan generar un sentido de comunidad y equipo. Hoy las redes nos permiten establecer lazos con personas en cualquier parte del mundo y la mayoría de las plataformas crecen gracias al dinamismo de estas interacciones.

Adicional, es primordial tener sentido de confianza en nosotros mismos y en nuestras organizaciones. Esto involucra a las personas que hacen parte de nuestros equipos y la forma como día a día asumimos los retos. Actuar con empoderamiento y seguridad.

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Propósito

Siempre, en lo más profundo de nuestros actos, está el sentido de propósito. Tener claro nuestro papel en este mundo y lo que nos mueve día a día, es el primer paso a una estrategia coherente y consistente. Además, atraemos personas y organizaciones que comparten nuestro sentido de existencia y visión para darle un mayor sentido de grandeza.

En resumidas cuentas, el propósito marca nuestro camino, las acciones que llevamos a cabo y lo que motiva nuestro crecimiento como personas y como organizaciones. La confianza nos lleva a compartir este propósito con otros y a construir con ellos entregando lo mejor que podemos ser y lo grande que nuestro propósito puede ser.

En imasD trabajamos día a día para dignificar el diseño como una herramienta de transformación. Acompañamos a las marcas a encontrar propósitos y a actuar siempre de manera coherente. Y, sabemos que para esto debemos encontrar grandes aliados y abrirnos a compartir más de nuestra experiencia y aprender también de quienes nos rodean.

Las verdaderas competencias de las personas y las organizaciones no se sustentan en lo que hacen o el cómo lo hacen. Hoy, en un mundo sin barreras y abierto a los sistemas de colaboración, el verdadero potencial lo encontramos en los propósitos claros y compartidos, en la sumatoria de capacidades y conocimientos.

La colaboración nos pone siempre en un mejor lugar, podríamos considerarla como un nuevo estilo de vida en el que prima el interés común, el compartir lo que tenemos y construir juntos un mundo más equilibrado y consciente.